Por: Risso Alberto

Hace 100 años nació en Paris, Francia Edith Giovanna Gassion, compositora y cantante. El mundo la recuerda como una de las voces mas representativas de Francia en el siglo XX, en 1963, un cáncer hepático se la llevó. Los anales de la música la recuerdan mas por su nombre artístico: Edith Piaf

Su vida estuvo marcada por la desdicha desde su más tierna infancia, lo que ejerció una influencia decisiva sobre su estilo interpretativo, lírico y desgarrado al mismo tiempo. Su aspecto desvalido le valió el nombre por el que es universalmente conocida: Piaf -gorrión-.

Hija de un contorsionista acróbata y de una cantante de cabaret. Sus padres se separaron muy pronto; la madre, alcoholizada y enferma, dejó la custodia de Edith a su marido (también alcohólico) y a una abuela paterna. Dada la precaria situación económica de la familia, Edith tenía que ganarse unas monedas cantando en calles y cafés de París.

La situación empeoró cuando Edith, con 16 años, se quedó embarazada. En 1932 tuvo una hija a la que llamó Marcelle, pero murió a los dos años. La vida de la cantante quedó marcada por esta tragedia. Siguió cantando en cafés y clubes de la calle Pigalle.

Su vida cambió cuando, cantando en la calle, un transeúnte muy elegante se paró a escucharla. Ese hombre resultó ser Louis Leplée, propietario del cabaret Gerny’s, uno de los más conocidos de París. Tras una pequeña prueba, Edith fue contratada de inmediato. Su éxito no tardó en llegar y fue conocida como “Môme Piaf” (“pequeño gorrión”). El propio Leplée instruyó a Edith para convertirla en una gran figura del cabaret. Era 1937, y había nacido una nueva estrella: Edith Piaf.

Sin embargo, la vida volvió a castigar a la joven Piaf, ya que Leplée fue encontrado muerto de un disparo en el club que regentaba; la cantante fue sospechosa del asesinato. La prensa la acusó y la sociedad elitista parisina le volvió la espalda. Volvió a mezclarse con lo peor de los barrios bajos de París, cantando en tugurios y llevando una vida desordenada.

En 1946 viajó a Nueva York y conoció al amor de su vida, el boxeador Marcel Cerdan, quien murió en 1949 al estrellarse el avión en que viajaba. Esto hundió nuevamente a Edith en una profunda depresión, que superó a base de alcohol y tranquilizantes. Fue a la vez la época de sus grandes éxitos: La vie en rose o Les trois cloches.

Sus últimos años vivió alejada de los escenarios junto a su nuevo marido, el griego Theo Lambukas. En junio de 1961 fue premiada por la Academia Charles Cros por toda su carrera artística. Murió en Provenza el 11 de octubre de 1963 a causa de un cánce hepático. En su entierro, el cortejo fúnebre fue seguido por una multitud de 40.000 personas.

Entre las muchas canciones que popularizó cabe destacar Mon légionnaire, Je ne regrette rien, La vie en rose, Les amants de Paris, Hymne a l’amour, Mon dieu y Milord. También actuó en películas (French-can can, Étoile sans lumière, Paris, chante toujours) y tuvo otros romances con cantantes del relieve de Charles Aznavour, Georges Moustaki o Yves Montand. En los últimos años de su vida escribió una autobiografía con el título de Au bal du chance, ademas de la aclamada pelicula La Vie En Rose de 2007 protagonizada por Marion Cotillard y Sylvie Testud.